Por Isabel García Dasí, Sarai Martínez Pacheco, Oriol Juanola Juárez, Irene Varón y Vicente Candela Noguera.
1º Curso Grado Biotecnología
Los ecosistemas marinos representan un 70% de la superficie la de la Tierra. Con estas dimensiones encontramos una diversidad de hábitats y microorganismos abundantes, que tienen una gran importancia biológica y geológica, ambiental, alimenticia y económica.
Podemos clasificar los ecosistemas marinos en: las zonas costeras (estuarios y marismas) abundantes en microorganismos y nutrientes, con condiciones ambientales variables, y donde más predomina la contaminación; el mar abierto, donde hay una gran escasez de nutrientes y los organismos se adaptan a la oligotrofia, y que puede dividirse en la zona fótica y afótica (con y sin organismos fotosintéticos respectivamente); y el fondo marino, con altas presiones, baja temperatura y rico en nutrientes por efecto de la sedimentación.
La presión hidrostática afecta a todos los microorganismos, pero solo algunos son capaces de soportar altas presiones marinas. Estos microorganismos se pueden dividir en bacterias barotolerantes y barófilas. Mientras que las bacterias barotolerantes crecen a presión atmosférica y toleran presiones de hasta 400 atm, las bacterias barófilas crecen óptimamente a 400 atm. Las bacterias barófilas las podemos clasificar en moderadas y extremas.
Las bacterias barófilas moderadas pueden crecer a presión atmosférica aunque su óptimo de crecimiento se encuentra a 400 atm. Las bacterias barófilas extremas son incapaces de vivir a presión atmosférica, es decir, necesitan de presiones elavadas para sobrevivir. En estos hábitats encontramos diversos microorganismos adaptados a la vida a alta temperatura. Estos organismos reciben el nombre de hipertermófilos y presentan varias adaptaciones para sobrevivir en lugares tan extremos. Estas adaptaciones consisten en proteínas que presentan una gran estabilidad gracias a su plegamiento, a chaperonas que ayudan a las proteínas a mantenerse en su forma activa y a la estabilidad del DNA debido a un aumento de los niveles celulares de solutos y a la girasa inversa que introduce superenrollamiento positivo en el DNA.
El orden de las arqueas más destacado de los hábitats volcánicos submarinos recibe el nombre de Desulfurococcales. La mayoría de los organismos que forman este orden presentan una temperatura óptima mayor de 100ºC. Algunos ejemplos destacados de estos microorganismos son Pyrolobus fumarii, uno de los más termófilos entre los hipertermófilos con una temperatura máxima de crecimiento de 113ºC y Cepa 121, capaz de sobrevivir a temperaturas mayores que 121ºC.
Otro lugar donde podemos encontrar gran variedad de microorganismos marinos son en las fuentes hidrotermales. Además, existen dos tipos de fuentes hidrotermales: las fumarolas negras que poseen altos niveles de sulfuros metálicos y fumarolas blancas formados por minerales más ligeros. Las fuentes hidrotermales constituyen un ecosistema marino, gracias a la existencia de bacterias quimiosintéticas. Debido a la inexistencia de luz en las fuentes hidrotermales, los microorganismos obtienen energía mediante la quimiosíntesis.
Bibliografía:
1. ‘Brock. Biología de los microorganismos’. Madigan, Martinka, Parker. Ed. Prentice Hall. 8º edición. 2000. Pág. 554,556,557.
2. ‘Ecología microbiana y microbiología ambiental’. Ronald M. Atlas y Richard Bontha. Ed. Addison Wesley. 4º Edición. 2002. Pág. 302,303,304,305.
3. http://www.ugr.es/~eianez/Microbiologia/13agfisicos.htm
4. http://www.laflecha.net/canales/ciencia/noticias/investigadores-exploraran fuenteshidrotermales-submarinas
5. http://www.vistaalmar.es/content/view/1282/203/
6. http://es.wikipedia.org/wiki/Fuente_hidrotermal
1º Curso Grado Biotecnología
Los ecosistemas marinos representan un 70% de la superficie la de la Tierra. Con estas dimensiones encontramos una diversidad de hábitats y microorganismos abundantes, que tienen una gran importancia biológica y geológica, ambiental, alimenticia y económica.
Podemos clasificar los ecosistemas marinos en: las zonas costeras (estuarios y marismas) abundantes en microorganismos y nutrientes, con condiciones ambientales variables, y donde más predomina la contaminación; el mar abierto, donde hay una gran escasez de nutrientes y los organismos se adaptan a la oligotrofia, y que puede dividirse en la zona fótica y afótica (con y sin organismos fotosintéticos respectivamente); y el fondo marino, con altas presiones, baja temperatura y rico en nutrientes por efecto de la sedimentación.
La presión hidrostática afecta a todos los microorganismos, pero solo algunos son capaces de soportar altas presiones marinas. Estos microorganismos se pueden dividir en bacterias barotolerantes y barófilas. Mientras que las bacterias barotolerantes crecen a presión atmosférica y toleran presiones de hasta 400 atm, las bacterias barófilas crecen óptimamente a 400 atm. Las bacterias barófilas las podemos clasificar en moderadas y extremas.
Las bacterias barófilas moderadas pueden crecer a presión atmosférica aunque su óptimo de crecimiento se encuentra a 400 atm. Las bacterias barófilas extremas son incapaces de vivir a presión atmosférica, es decir, necesitan de presiones elavadas para sobrevivir. En estos hábitats encontramos diversos microorganismos adaptados a la vida a alta temperatura. Estos organismos reciben el nombre de hipertermófilos y presentan varias adaptaciones para sobrevivir en lugares tan extremos. Estas adaptaciones consisten en proteínas que presentan una gran estabilidad gracias a su plegamiento, a chaperonas que ayudan a las proteínas a mantenerse en su forma activa y a la estabilidad del DNA debido a un aumento de los niveles celulares de solutos y a la girasa inversa que introduce superenrollamiento positivo en el DNA.
El orden de las arqueas más destacado de los hábitats volcánicos submarinos recibe el nombre de Desulfurococcales. La mayoría de los organismos que forman este orden presentan una temperatura óptima mayor de 100ºC. Algunos ejemplos destacados de estos microorganismos son Pyrolobus fumarii, uno de los más termófilos entre los hipertermófilos con una temperatura máxima de crecimiento de 113ºC y Cepa 121, capaz de sobrevivir a temperaturas mayores que 121ºC.
Otro lugar donde podemos encontrar gran variedad de microorganismos marinos son en las fuentes hidrotermales. Además, existen dos tipos de fuentes hidrotermales: las fumarolas negras que poseen altos niveles de sulfuros metálicos y fumarolas blancas formados por minerales más ligeros. Las fuentes hidrotermales constituyen un ecosistema marino, gracias a la existencia de bacterias quimiosintéticas. Debido a la inexistencia de luz en las fuentes hidrotermales, los microorganismos obtienen energía mediante la quimiosíntesis.
Bibliografía:
1. ‘Brock. Biología de los microorganismos’. Madigan, Martinka, Parker. Ed. Prentice Hall. 8º edición. 2000. Pág. 554,556,557.
2. ‘Ecología microbiana y microbiología ambiental’. Ronald M. Atlas y Richard Bontha. Ed. Addison Wesley. 4º Edición. 2002. Pág. 302,303,304,305.
3. http://www.ugr.es/~eianez/Microbiologia/13agfisicos.htm
4. http://www.laflecha.net/canales/ciencia/noticias/investigadores-exploraran fuenteshidrotermales-submarinas
5. http://www.vistaalmar.es/content/view/1282/203/
6. http://es.wikipedia.org/wiki/Fuente_hidrotermal