Por Germán Antón Ruiz. Lara Ferrández Pons, Casandra Jiménez Sánchez, Ramón Quiles Bernabeu, Patricia Torreblanca García.
Curso: 1º Grado en Biotecnología
La biorremediación trata de devolver un medio a su estado natural por medio de microorganismos, hongos, plantas o enzimas derivadas de los mismos tras haber sido alterado por contaminantes.
Existen varios tipos de biorremediación, siendo el primero la biorremediación natural, la cual es llevada a cabo por microorganismos autóctonos, que dependerán de la presencia de oxígeno (en cuyo caso descompondrán los contaminantes en CO2 y H2O) o su ausencia (utilizando otras vías metabólicas para ello).
A pesar de poder ser eficiente de por sí, la biorremediación natural depende de la capacidad de los organismos para degradar el contaminante, el tipo de contaminante y del medio en el que se produzca la degradación.
Otro tipo de biorremediación es la bioestimulación, que consiste en la introducción de cambios en el medio para activar o fomentar la acción de los microorganismos sobre el contaminante, estos cambios pueden ir desde aumentar la cantidad de oxígeno, hasta la adición de nutrientes.
El tercer tipo de biorremediación es la bioaumentación, que se trata de la adición de microorganismos especializados al medio. Este método requiere de un mayor análisis y estudio, puesto que se necesita estudiar el medio en el que se encuentra el contaminante a fondo y encontrar los microorganismos que actúen de la manera deseada en dicho medio, sin afectar de manera negativa al mismo.
Tras el derrame del Exxon Valdez en Alaska, se realizaron muchas labores manuales para extraer parte del fuel, pero al verse insuficientes, decidieron aplicar técnicas más avanzadas en cuanto a eliminación del fuel, y entonces llegó el turno de las bacterias.
La tarea de los investigadores consistió en estudiar las bacterias autóctonas de la zona para encontrar alguna que de manera natural degradase el petróleo, después de eso, las líneas de investigación se centraron en encontrar un método eficiente de bioestimulación, para potenciar en gran medida la acción de dichas bacterias.
Los trabajos de investigación fueron dirigidos a buscar un abono que ofreciese nitrógeno y fósforo a las bacterias, que asegurase una mínima permanencia en el agua (a pesar de las mareas y corrientes) y la ausencia de riesgos toxicológicos para los ecosistemas marinos. Tras descartar una serie de productos fertilizantes (entre ellos fertilizantes agrarios), se eligieron 2 candidatos, uno oleofílico (lo cual permitía que estuviese disponible constantemente para las bacterias al tiempo que se encontraban en la zona contaminada) y otro de liberación lenta (lo que aseguraba una presencia constante a pesar de las mareas y las tormentas).
Finalmente se escogió el oleofílico (más por disponibilidad que por poseer mayores ventajas). Más tarde, en el derrame del Prestige se empleó un fertilizante similar, cambiando un compuesto que se consideraba ligeramente más tóxico.
Existen varios tipos de biorremediación, siendo el primero la biorremediación natural, la cual es llevada a cabo por microorganismos autóctonos, que dependerán de la presencia de oxígeno (en cuyo caso descompondrán los contaminantes en CO2 y H2O) o su ausencia (utilizando otras vías metabólicas para ello).
A pesar de poder ser eficiente de por sí, la biorremediación natural depende de la capacidad de los organismos para degradar el contaminante, el tipo de contaminante y del medio en el que se produzca la degradación.
Otro tipo de biorremediación es la bioestimulación, que consiste en la introducción de cambios en el medio para activar o fomentar la acción de los microorganismos sobre el contaminante, estos cambios pueden ir desde aumentar la cantidad de oxígeno, hasta la adición de nutrientes.
El tercer tipo de biorremediación es la bioaumentación, que se trata de la adición de microorganismos especializados al medio. Este método requiere de un mayor análisis y estudio, puesto que se necesita estudiar el medio en el que se encuentra el contaminante a fondo y encontrar los microorganismos que actúen de la manera deseada en dicho medio, sin afectar de manera negativa al mismo.
Tras el derrame del Exxon Valdez en Alaska, se realizaron muchas labores manuales para extraer parte del fuel, pero al verse insuficientes, decidieron aplicar técnicas más avanzadas en cuanto a eliminación del fuel, y entonces llegó el turno de las bacterias.
La tarea de los investigadores consistió en estudiar las bacterias autóctonas de la zona para encontrar alguna que de manera natural degradase el petróleo, después de eso, las líneas de investigación se centraron en encontrar un método eficiente de bioestimulación, para potenciar en gran medida la acción de dichas bacterias.
Los trabajos de investigación fueron dirigidos a buscar un abono que ofreciese nitrógeno y fósforo a las bacterias, que asegurase una mínima permanencia en el agua (a pesar de las mareas y corrientes) y la ausencia de riesgos toxicológicos para los ecosistemas marinos. Tras descartar una serie de productos fertilizantes (entre ellos fertilizantes agrarios), se eligieron 2 candidatos, uno oleofílico (lo cual permitía que estuviese disponible constantemente para las bacterias al tiempo que se encontraban en la zona contaminada) y otro de liberación lenta (lo que aseguraba una presencia constante a pesar de las mareas y las tormentas).
Finalmente se escogió el oleofílico (más por disponibilidad que por poseer mayores ventajas). Más tarde, en el derrame del Prestige se empleó un fertilizante similar, cambiando un compuesto que se consideraba ligeramente más tóxico.
BIBLIOGRAFÍA:
1. www.eco2site.com
2. www.biodisol.com
3. www.portalplanetased.com
4. www.biorremediación group.org
5. www.nmsr.labmed.umn.edu
6. http:// ingenierosdeminas.org
7. http://www.belt.es/noticias/2005/septiembre/23/prestige.asp
8. http://www.solociencia.com/noticias/0409/21131401.htm
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